Spanish
Wedding Ceremony
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Sermones
Por el
Rev. W.M. Branham
“...en los días de la voz...” Apoc.10:7
Ceremonia Matrimonial
Jeffersonville, Indiana, E.U.A.
el 20 de febrero de 1965
Introducción
El notable ministerio de William Marrion Branham fue la
respuesta del Espíritu Santo hacia las profecías de las Escrituras en
Malaquías 4:5,6; Lucas 17:30 y Apocalipsis 10:7. Este ministerio en
todo el mundo ha sido la culminación de la obra del Espíritu Santo
en estos últimos días. Este ministerio fue declarado en las Escrituras
para preparar el pueblo para la segunda venida de Jesucristo.
Rogamos que la palabra impresa sea escrita en su corazón
mientras que ora, y lee este mensaje.
Versiones de audio y transcritos de más de 1,100 sermones que
fueron predicados por William Branham están disponibles para ser
descargados e imprimidos en muchos idiomas en este sitio:
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copiada completamente y que sea distribuida gratuitamente sin costo
alguno.
1
Ceremonia Matrimonial
[Esta ceremonia matrimonial por el Hermano William Marrion
Branham unió en matrimonio a Linda Reliford con Charles Branham,
en el Tabernáculo Branham en Jeffersonville, Indiana, un sábado por
la tarde a las dos y media, el 20 de febrero de 1965. La organista tocó
Porque
y Oh, Prométeme
, al principio, luego el ministro, el novio y
sus acompañantes pasaron al altar; después se tocó el Coro Nupcial
mientras los acompañantes de la novia pasaron al altar, seguidos por
la novia—Ed.]
¿A quién preguntaré para dar a esta dama para que sea la esposa de
este caballero? [El padre de la novia contesta: “A mí, su padre”.—
Ed.]
2
Amados míos, estamos reunidos aquí delante de Dios, y ante esta
compañía, para unir a este hombre y a esta mujer en santo
matrimonio, el cual es ordenado por San Pablo que sea honroso entre
todos los hombres. Por lo tanto, ninguno debe de entrar a esto sin
consejo, ni ligeramente, sino aconsejadamente, sobriamente y en el
temor de Dios.
3
A este estado santo, estas dos personas presentes vienen para ser
unidas. Si hubiera alguna persona aquí que pueda mostrar un causa
justa por la cual ellos no deberían ser unidos legítimamente en este
santo matrimonio, hable ahora por favor, o, de aquí en adelante, para
siempre guarde su paz.
4
Yo demandaré y los haré responsable a Uds. dos, como ciertamente
darán cuenta en el Día del Juicio cuando los secretos de todos los
corazones sean descubiertos, que si uno de Uds. dos sabe de cualquier
impedimento por el cual no deberían ser unidos legítimamente en este
matrimonio, confiéselo ahora por favor, porque tengan esto por
seguro, que cualquier pareja que es unida de otra manera, aparte de lo
que la Palabra de Dios permite, su matrimonio no es legal.
5
Pero creyendo debidamente que Uds. han considerado esta
obligación solemne que están a punto de asumir, y que se han
preparado para tomar esta responsabilidad reverentemente,
discretamente, sobriamente y en el temor de Dios, yo les propondré a
2
CEREMONIA M
ATRIMONIAL
Uds. el pacto matrimonial. Uds. declararán lo mismo al unir sus
manos derechas. [El novio y la novia unen sus manos derechas.—Ed.]
6
¿Acepta Ud. a esta dama para que sea su legítima esposa, para vivir
juntos en este estado santo de matrimonio; promete Ud. honrarla,
amarla y cuidarla, en enfermedad y en salud, en riqueza o en pobreza,
y renunciar a todas las demás y unirse únicamente a ella mientras
ambos vivan? [El novio contesta: “Lo haré”. —Ed.]
7
¿Acepta Ud. a este caballero para que sea su legítimo esposo, para
vivir juntos en este estado santo de matrimonio; promete Ud. amarlo,
honrarlo y cuidarlo, en enfermedad y en salud, y renunciar a todos los
demás y unirse únicamente a él mientras ambos vivan? [La novia
contesta: “Lo haré”. —Ed.]
8
Requeriré una señal para que este pacto sea guardado siempre. [Dos
anillos son colocados sobre la Biblia del ministro, luego son ofrecidos
al novio para la novia, y a la novia para el novio—Ed.] Unan sus
manos derechas nuevamente y colóquenlas sobre la Biblia.
Todos inclinaremos nuestros rostros.
9
Dios Todopoderoso, el gran Creador de todas las cosas, el Autor de
la Vida Eterna, y el Dador de toda buena dádiva, cuando Tú viste
conveniente darle un regalo al hombre, le diste una esposa. Escrito
está: “El que halló esposa halló el bien”. Y al estar parados aquí en
esta tarde, después de muchos miles de años, nuestras mentes son
llevadas al tiempo en que fue efectuada la primera ceremonia, y fue
efectuada por Ti, Padre, en el huerto del Edén, cuando Tú casaste a
nuestro padre y madre: Adán y Eva, y hasta el día de hoy el hombre
ha tomado para sí una esposa.
10
Padre, rogamos que bendigas a este joven y a esta jovencita,
quienes han hallado amor en sus corazones, el uno para el otro. Y en
la edad imprudente en que vivimos ahora, hay tantos divorcios y
roturas en los hogares, permite que no sea así con esta pareja. ¡Que
ellos recuerden sus votos mientras vivan! ¡Que no haya poderes que
los separen jamás! Yo te ruego Padre, que así como bendijiste a Isaac
y a Rebeca, y siempre los hiciste felices en sus vidas, y ellos fueron
fructíferos, [Espacio en blando en la cinta—Ed.] te rogamos que
hagas lo mismo con este joven y esta señorita, quienes han acordado
sobre esto, lo han conversado el uno con el otro en secreto, y ahora
3
han venido a la iglesia, y a esta compañía, para ofrecer sus votos el
uno al otro, y lo han hecho así y lo han declarado en este lugar
público.
11
Ahora padre, por el poder de mi comisión que me ha sido dada por
el Dios Todopoderoso, de ser Su siervo, y que me ha sido atestiguada
por un Ángel, con esta autoridad yo ahora pronuncio a este hombre y
a esta mujer: marido y mujer, en el Nombre de Jesucristo. Amén.
12
Dios les bendiga. Están casados. [La pareja se besa y luego se
voltean hacia la congregación. La organista empieza a tocar la
Marcha Nupcial—Ed.] Lo que Dios ha unido, no haya hombre que lo
separe. [El novio, la novia y los acompañantes salen.]
Que la audiencia se ponga de pie para ser despedidos.
13
Padre nuestro, te damos las gracias en esta tarde que todavía hay
sobre la tierra, hombre y mujeres que creen en Ti. Muchos de
nosotros que estamos aquí, hemos pasado por un tiempo similar, para
el mismo propósito. Estamos conscientes, al ver a un joven y a una
joven, que han acordado vivir santamente y separados del mundo y de
otros compañeros, para vivir únicamente el uno para el otro.
14
Estamos conscientes de la Iglesia que también ha acordado aceptar
vivir santamente, separada del mundo, y esperando la Venida del
Novio. Que nuestros corazones palpiten en amor por Él. Que nuestras
mentes estén en Él, esperando y anhelando esa gran Cena de la Boda
que va a ser en el aire, un día cuando Él venga. Aunque Él tarde, no
obstante estará aquí. Y al irnos hoy, que esto sea unido una vez más
en nuestras mentes y en nuestros corazones, y que nos consagremos
nuevamente a Ti, para vivir sin mancha del mundo, para que algún día
podamos ser participantes de esa gran Ceremonia que pronto ha de
venir. Pedimos esto en el Nombre de Jesús.
El Señor les bendiga.